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Canciones suicidas, Gloomy Sunday.


Según se lee en Wikipedia las canciones suicidas vienen siendo aquellas en las que el sentimiento lírico más notable nos da a entender que las intenciones del personaje de la canción son las de tomar su propia vida.

Tales canciones, y siguiendo con Wikipedia, a menudo resultan estar relacionadas con sentimientos de dolor, locura o pena por algún asuntillo de amor no correspondido. Molestias que de cuando en vez resultan no dejar otra solución que la de borrarse de la vida.

Gloomy Sunday (Domingo Triste) viene a ser como el paradigma de este tipo de canciones debido a la trama de leyendas urbanas que se tejieron en su torno por allá en los lejanos 30’s, del siglo pasado, y que han hecho que el tema también se conozca como la "Canción Húngara del Suicidio"

Fue compuesta en 1933 por los húngaros Rezso Seress (el culpable de la música) y Laszlo Javor (el responsable de la letra), y pasó desapercibida hasta 1936, año en el que empezó a ser relacionada con una serie de muertes voluntarias que determinaron su prohibición por parte de las autoridades húngaras.

Tal censura llamó la atención de los músicos y cantantes norteamericanos quienes no desperdiciaron la ocasión y a finales de 1936 ya se contaba con una cantidad importante de versiones para la audiencia norteamericana.

La leyenda cuenta que fueron más de 17 los suicidios relacionados con Gloomy Sunday en Hungría antes de que la canción fuera prohibida. Tales enlaces se establecieron cuando se supo de personas que se mataron durante o después de escuchar la canción, hicieron referencias al tema en sus notas suicidas, o fueron encontradas con una hoja con la letra del tema entre sus manos. Valga anotar que a la fecha la canción esta relacionada directamente con 100 casos de muertes voluntarias.

Otra de las leyendas cuenta que Laszlo Javor compuso la letra del tema en memoria de una novia suya quien como única despedida, tras cruzar la puerta de salida, tan sólo dejó un "Domingo Triste" estampado a la mitad de una hoja en blanco.

Finalmente lo que si no es leyenda es que Don Rezso Seress entró a formar parte de los hermanos suicidiarios en 1968 al descolgarse a la muerte cuando saltó de un edificio en Budapest.

No obstante, la mancha de duda aparece en la historia que se cuenta con respecto a sus motivos para hacerlo pues, cuentan las malas lenguas, que tomo tal decisión deprimido por no haber vuelto a producir ninguna otra gran canción después del Domingo Lúgubre.

Gloomy Sunday ha sido interpretada en varias voces y versiones llegando incluso, entre unas y otras, a hacer pensar que se trata de dos canciones diferentes y no de dos versiones de la misma canción.

Entre las gargantas que han prestado su voz para entonar este himno del suicidio se cuentan las de artistas tan dispares como la de la gran Billie Holliday que fue quien la hizo conocida en los años 30, Heather Nova, Elvis Costello, Bjork, Sara Brightman, Sinead O'Connor, Diamanda Galas, Lydia Lunch y Paul whiterman, entre otros.

En 1999 el Alemán Rolf Schübel dirigió una película de título homónimo e inspirada en esta canción.

Eso es todo lo que consigno en la presente anotación, pero es más, mucho más, lo que hay por decir, dejo aquí el enlace al lugar más completo que me encontré en lo que respecta a la historia, versiones y grabaciones de Gloomy Sunday.

Finalizo pues transcribiéndoles la letra de la versión en español de Francisco Gorrindo y dejándoles dos excelentes versiones para que las escuchen: la primera la terriblemente oscura de Dimanda Galas y la segunda un atractivo canto de sirena de Sara Brightman, ya me dirán ustedes qué les parecen:

Triste Domingo.

"Triste domingo, con cien flores blancas"
Y ornado el altar de mi loca ilusión
Donde mi alma se ha ido a postrar
Mientras mi boca llamándote está
Muere en mi sueños ocasos de hastío
Cansados de espera y de soledad

¡Triste domingo!

Tú no comprendes la angustia terrible
De estar esperando, sin verte, llegar
¡Vuelen tus pasos que debo marchar!
No ves que muero con mi loco afán
Quiero que seas la blanca y piadosa
Mortaja que cubra mi hora final

¡Triste destino!

Querido
Junto a mi ataúd que circundan muchas flores
Aguarda mi confesión un sacerdote
Y a él le digo:
Lo quiero, lo espero.

No temas nada si encuentras mis ojos
Sin vida y abiertos y esperándote
Tus manos son quien los deben cerrar
Y acaso entonces yo habré muerto en paz
Siento un doblar de campanas, que
Lúgubremente sus voces me ordena marchar

¡Triste domingo!

¡Vuela mi vida tu paso querido
Que llega la hora que debo partir!
Quiero tenerte en mi viaje final
Y algo me dice que no llegarás
Triste domingo visítame amado
Que ahora en mi tumba yo te he de esperar

¡He de esperar!

Billie Holiday


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2 comentarios:

Toni dijo...

Uf, canción triste que acaricia los oidos y llega a una parte oscura del alma herida. Si encima esa alma herida la oye en domingo, dia bastante lúgubre para algunos, coktail maldito que en la tiniebla de la deseperación va maquinando su desaparición.
No es mi caso, pero le pones encima, un dia gris, frio y lluvioso, y cojo todas las cuchillas de afeitar y las tiro por el inodoro, por si acaso.

Que repelús me da. Un abrazo.

tashano dijo...

Es verdad que acaricia los sentimientos y el corazon como tu dices , y tambien es mejor lanzar las cuchillas cuchillos ,pastillas y demás objetos que tengas a mano sobretodo si estas....vamos a decir que "fastidiado", porque da mucho bajón.

Un abrazo