En mis versos gotea acompasada la tristeza
que perfora el quebrado papel sepia
de mi vida medio vivida
y a medio vivir.
Esa misma que a veces me besa en la boca
y otras me cruza la cara por la espalda.
La que rizó mi cabello
ahora lo desdibuja inerte,
la que encallece mi alma
y silencia mis suspiros arrugados
helándome la sangre
con miedosas despedidas.
En mis versos se escuchan sigilosos
los surcos de mis manos
por donde brotan temblorosas las palabras
a cada latido de este mudo corazón
que expresa con vulgares letras
lo que mis ojos no dicen
mis labios no sienten
y tus brazos no aman.
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