Tumbada y perezosa acierta la manzana del prohibido árbol.
Te me acercas...
hay noche y luna y tu...me miras...
No es que seas digna
del fruto poderoso
del deseo incipiente.
Soy como furia lenta
al escuchar tus pasos
hacia mi fuente.
Vuelves,como serpiente a seducir mis labios,mi boca,mis sueños,mi mente son dulces las promesas,dulce el delirio.
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